ToulouseLa investigadora asturiana Victoria Hidalgo Nieto hace referencia en su libro “La Masonería en Asturias en el siglo XIX” (1985), páginas 46 y siguientes, a la Logia “Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad” como primer taller masónico asturiano del que se posee información documental.

El trabajo de Victoria Hidalgo relata el proceso de creación de esta Logia, allá por el año 1850 en la ciudad de Gijón. Un proceso siempre ligado y prácticamente paralelo al fenómeno industrial que vive Asturias. Serán miembros fundadores del Taller gijonés José Victory, Joaquín Cabrera y Jesús de Gracia, adoptando como herramienta para regular sus reuniones las pautas del rito francés y las del escocés antiguo y aceptado.

El 1 de junio de 1851, cuando la logia tiene una mínima dimensión que le permite trabajar con regularidad, los primeros masones asturianos deciden dirigirse al Gran Oriente de Francia (G.O.D.F.)con la intención de federar la logia gijonesa en la estructura de la más antigua Obediencia masónica de la Europa continental. La carta en la que se hace la petición al G.O.D.F. se conserva, aparece firmada por José Victory y en ella ya se opta por la realización de los trabajos masónicos con arreglo a las reglas establecidas por el rito francés, obligándose al mismo tiempo los gijoneses a aceptar el Reglamento General y Constituciones de la Obediencia francesa y a abonar el importe de las cotizaciones devengadas.

La petición fue remitida desde Gijón a Barcelona, a la Logia que el Gran Oriente de Francia tenía en aquella ciudad, La Sagesse. Esto sucedió el día 3 de agosto de 1851. De esta época data también el primer censo elaborado por el Taller, que pasa en pocos meses de tres a catorce miembros, seis de ellos franceses y, curiosamente, ninguno gijonés (sólo hay cuatro asturianos, dos de los cuales son de Oviedo, otro de Pola de Siero y otro de Lastres). El crecimiento seguirá siendo intenso en los meses sucesivos, nutriéndose la joven logia gijonesa de una notable cantidad de operarios que proceden de la fábrica de vidrio que funciona en la ciudad.

Los meses transcurren y en diciembre de 1851 la Logia  “Los Amigos de la Naturaleza y Humanidad” no tiene ninguna respuesta, ni de la Logia La Sagesse, ni del propio Gran Oriente de Francia. Una carta –que también se conserva- es enviada al Gran Oriente de Francia fechada el día de los Inocentes de ese año recabando información.  Previamente, José Víctory, Venerable de la Logia, viaja en el mes de octubre a Barcelona con la intención de visitar el Taller de La Sagesse. No lo consigue: Un contencioso –tan característicos en la historia de la masonería española- hace infructuoso el viaje y, parece, pone de relieve que la petición inicial no había llegado a París. Así las cosas, una nueva comunicación reproduciendo la petición de afiliación se dirige al Gran Oriente de Francia en enero de 1852, y será también en ese mismo mes que la Logia recibirá de París la notificación que informa del nombramiento de Luciano Murat como Gran Maestro del G.O.D.F., algo que se interpreta como un reconocimiento de facto del taller gijonés y se celebra con un banquete que tuvo lugar el 26 de enero de 1852. No obstante lo anterior, una nueva petición se dirige a Francia el 4 de marzo de 1852. En junio de ese mismo año se localiza el primer informe interno del G.O.D.F. favorable a acoger la petición de los asturianos. La ceremonia de instalación del Taller tendrá lugar el día 27 de diciembre de 1852, en ella, Joaquín Cabrera pronunciará  una frase de la que reproducimos este interesante fragmento: “… en nombre del Gran Oriente de Francia, en virtud de los poderes a nos conferidos, instalamos a perpetuidad al Oriente de Gijón  una Logia al rito francés bajo el título distintivo de San Juan de los Amigos de la Naturaleza y Humanidad…”

La vida del taller continuará con normalidad pero por muy poco tiempo: el 5 de enero de 1853 los masones radicados en Gijón eligen como nuevo Venerable a un francés, Adolphe de Sellier. Será el último: La entonces Gaceta –de la que es heredero el actual Boletín Oficial del Estado- publicaba el 4 de mayo de 1853 una Real Orden disponiendo la persecución de las “sociedades secretas”.  Una redada policial en  la barcelonesa calle de la Virreina en el transcurso de la reunión de una de las logias de aquella ciudad (la logia de Gracia), permitió localizar correspondencia que comprometía a los masones que trabajaban en Gijón. A resultas de aquello, José Víctory, Cabrera y Sellier fueron condenados a nueve años de prisión. La presión diplomática permitirá finalmente que la reina Isabel II firme un indulto, si bien en la correspondencia de Victory se conservan sus quejas por el nulo apoyo recibido de la Obediencia. La persecución cesará en octubre de 1853 pero la logia, maltrecha y decepcionada, cesa en su actividad. Ello no le impedirá solicitar varios diplomas a la secretaría del Gran Oriente de Francia, algo que acabará degenerando en un contencioso con la propia Obediencia que, finalmente, optará por la suspensión del taller.

Pasado el tiempo y sucediéndose diversos avatares políticos, Revolución Gloriosa de por medio en 1868, la Logia Amigos de la Naturaleza y Humanidad solicitará el 25 de octubre de 1871, autorización al Gran Oriente de Francia para reanudar sus actividades. Han pasado 19 años y aun perviven y persisten en el empeño ocho de los masones que integraron el Taller en el pasado.

La investigadora Victoria Hidalgo apunta acertadamente al hecho de que en la citada carta los hermanos solicitantes actúan siempre en la creencia de que su logia había “quedado en sueños”. Como hemos dicho antes no era así: En 1854 solicitaron una serie de diplomas que habían generado un conflicto resuelto por París con una medida contundente: la suspensión de actividad.Nudo

El Gran Oriente de Francia responde rápido. En noviembre recaba mayores detalles, que le son facilitados, así como otras informaciones a la barcelonesa logia La Sagesse. Todos los datos son favorables a los gijoneses  la autorización para reanudar sus trabajos, quedando instalado de nuevo el Taller en 1872.  Nuevamente se repite el proceso de crecimiento que se había observado en el período anterior: mayoritariamente personal vinculado a la industria del vidrio gijonesa, y un buen número de franceses. Siempre según Victoria Hidalgo, la Logia deja de estar ligada al Gran Oriente de Francia, y coloca como año de referencia el de 1875. Con posterioridad se observará que bajo una denominación semejante “Los Amigos de la Naturaleza y de la Humanidad”, y también con cierta identidad en lo que se refiere a los componentes, el Gran Oriente Nacional de España otorgará una nueva carta constitutiva a la Logia gijonesa en 1880.

Habrá finalmente que esperar hasta el año 2004 para que, con la creación de la Logia Rosario Acuña, el Gran Oriente de Francia vuelva a tener presencia en Asturias.